Eduardo Arroyo (Madrid, 1937) se mueve en el terreno figurativo, y vinculado al movimiento de la Neofiguración española además de al Pop-Art. Cobró protagonismo al término de la década de los 70. Se mantuvo exiliado en París. En la actualidad es un artista presente en los museos más importantes de España y del extranjero y su imaginario incluye desde la escenografía teatral hasta ediciones ilustradas.